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Algo de Historia El asteroide que extinguió a los Dinosaurios

El asteroide que extinguió a los Dinosaurios

En Mexico Adventour estamos convencidos de que la actividad turística debe ser responsable y sostenible, respetando el entorno y contribuyendo a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Esto suena muy bien, y ahora todo el mundo habla de sostenibilidad, de slow tourism, de medio ambiente o de turismo responsable pero no queremos que sean solo palabras vacías y maquillaje verde.

Somos embajadores del destino y tenemos un compromiso con la calidad y el respeto hacia nuestra nación. queremos que experimentes la Riviera Maya nuestra, que nos conozcas mejor, que te involucres en la ciudad, que la vivas con curiosidad y respeto, que la disfrutes con nuestros tours y también durante tu tiempo libre.


Las investigaciones nos dicen que hace aproximadamente 65 millones de años, un asteroide con una longitud entre 10 y 18 km, impactó la Tierra, cayendo específicamente en lo que hoy es conocido como Chicxulub Puerto, en la Península de Yucatán, México.

Quizá esta información científica ya es bastante conocida, pero no aquello que ha venido manifestándose después, a pesar de los años y a pesar de tantas etapas en el tiempo. Esta catástrofe permitió la vida que vemos ahora mismo a nuestro alrededor.

El cráter de Chicxulub, que mide entre 150 y 200 km de ancho y que tuvo una profundidad de 30 km en sus primeros años, aún existe y permanece enterrado, con una mitad debajo de la tierra y con la otra mitad debajo del mar. Es conocido como “el cráter de la muerte”, debido a lo que representó para la vida en el planeta. Causó la extinción del 75% de todas las especies que habitaban para ese entonces, incluidos los dinosaurios, quienes habían dominado por 160 millones de años gracias a su adaptación a todo tipo de situaciones; pero el asteroide fue demasiado.

A partir de ese momento, la historia de la vida en la Tierra tomó un rumbo distinto; el que nadie hubiese creído y el que era uno de los menos probables. Minutos después del impacto del asteroide, el clima del planeta cambió de un instante a otro y todo se cubrió de oscuridad por la gran cantidad de polvo y humo que bloqueó la luz solar. Incendios, terremotos, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra y enormes tsunamis, terminaron por arrasar con la gran mayoría de especies vivientes.

Con la oscuridad que duró al menos un año, las plantas no pudieron realizar la fotosíntesis y murieron; además de que la temperatura global descendió a cero grados, cuando los animales que reinaban en aquellos días eran reptiles de ambientes más cálidos. Sin una temperatura adecuada y sin comida, la extinción masiva era irreversible. El panorama fue desolador, pero los sobrevivientes tuvieron que continuar.

Hoy en día, el cráter de Chicxulub es uno de los tres más grandes en el mundo, después de otros suscitados en Sudáfrica y Canadá; pero sin duda, su valor es incomparable con cualquiera de los demás por lo que verdaderamente representó. 

Las teorías sobre su existencia aparecieron desde 1980, pero no fue hasta mediados de esa misma década cuando arqueólogos estadounidenses observaron algo asombroso en imágenes satelitales de la península yucateca: un anillo perfectamente circular de aproximadamente 200 km de ancho; la misma medida promedio del supuesto (para ese entonces) cráter impactado. Por si fuera poco, este hallazgo se relacionó con que la zona alrededor de medio cráter y fuera de él (el que conforma la mitad debajo de la tierra), estaba saturada de cenotes. Esto es, que los cenotes son la evidencia más fidedigna de que el asteroide de Chicxulub sí fue una realidad.

Los científicos señalan que el asteroide impactó en uno de los peores lugares en el mundo; sino es que en el peor. Tal aseveración se debe a que el mar en esa zona era muy poco profundo, lo que generó grandes levantamientos de azufre, mismo que cubrió la atmósfera. De caer en el océano, los resultados hubiesen sido muy distintos; especialmente al haber tenido menos cantidad de partículas cubriendo el aire y bloqueando la luz. Quizá algunos dinosaurios continuarían poblando la Tierra.